sábado, 8 de mayo de 2010

Carta a mi mamá

Toda mi vida ha estado llena de sueños, de los cuales algunos eran fantasías y otros se han convertido en metas por alcanzar. Antes muchos de esos sueños y deseos eran cosas muy pequeñas, no era muy difícil hacerme feliz, ahora parece que necesito el mundo entero para estar contenta y que nada es suficiente.

Antes, también, encontraba en ti cuanto necesitaba… un beso, un abrazo, una sonrisa… el miedo no tenía fuerza sobre ti, terminabas con cualquier fantasma, monstruo o extraterrestre con tan sólo tomar mi mano, ahora mis miedos parecen ser un poco más que personajes de película, son cosas tan reales como yo misma... no se van con sólo cerrar los ojos, sin embargo… eres tú quien me ayuda a enfrentar los malos tratos, vicios, llantos, desamores, injusticias, malos hábitos, etc… y lo sigues haciendo de la misma forma, tomando mi mano y dándome un abrazo que a veces quiero evitar por querer sentirme fuerte pero que finalmente acepto porque no hay mejor manera de ver las cosas claras y seguir adelante.

Perdóname por no llegar a comprender lo que me decías en su momento, perdóname por contradecir tus palabras cuando sabía que tenías razón, perdón por hacerte sufrir, porque sé que a veces no fui la hija que mereces tener… dejaste todo por mi sin dar yo algo a cambio y sé que el amor que me das es incondicional así como único, porque aunque haya sentido el mundo en mi contra, jamás me quedé sola porque estabas tú.

También quiero que sepas que no hay persona en el mundo que te admire más que yo, que sepa lo que has logrado y que lo valore tanto así. A veces no sé cómo decirlo pero quisiera continuar tú lucha a mi manera porque sé que alguno de tus sueños fue verme crecer y voltear atrás diciendo gracias…

Gracias por dejarme ser quien soy sin juzgarme, gracias por la confianza que sé que tienes en mi, gracias por pelearte conmigo hasta que vi mi error aún cuando te dolía hacerlo, gracias por cuidarme en todo momento aunque a veces no me agradara mucho, gracias por escucharme cuando ya no podía más y sentía que no podía confiar en nadie.

Ahora que salgo de aquí para comenzar algo nuevo y diferente, quiero decirte que es gracias a ti que no tengo miedo, porque estoy segura de que aunque no estemos cerca, serán tus palabras, tus brazos, tu sonrisa, quienes me seguirán guiando durante esta etapa y durante toda la vida, y sé que será por el camino correcto porque así lo has hecho siempre. Te amo.