Mil promesas hechas al viento regresan a ser palabras ajenas a ti, ajenas a mí, pero igualmente acepto que lo que en verdad quiero es hundirme en una realidad falsamente eterna, pensé que lo que seguía después sería diferente, no lo es, pero soy feliz, el viento ahora corre para mí y por mí y sé que me encuentro justo a un lado del precipicio... no puedo contigo ahí, puedo caer, no me lleves hacia donde sé que perderé todo lo que tengo en deseos, tus deseos, sus deseos, ¿míos? sí...
Cada vez que te miro a los ojos, toco tus labios, manos, tu piel… siento más que nunca aquella magia inexplicable que ardiente enciende cada parte de mi… cada sentimiento, cada palabra… cada mirada. Agudiza mis sentidos, me elevas hasta tocar con la punta de los dedos el cielo, las estrellas, la noche se fusiona con toques claros, con la luz de la luna… Llévame lejos, no te detengas, contigo me quedaré hasta que me encuentre en la eterna obscuridad…. Te amo, hoy, ayer y siempre.
Hoy no escribiré más acerca de aquellas mis historias hipotéticas, hoy no escribiré sobre mis sueños, deseos, ilusiones, tristezas, llantos, desamores, engaños, olvidos, desilusiones… no es que no disfrute aquellos minutos hundida en mundos dentro de mi… pero hoy te hablaré de algo real, sin nada más que una sonrisa en el rostro y un montón de recuerdos recientes… a veces no encuentro como hacerte ver lo que siento, pues cualquiera de mis distintas caras podría decirte lo mismo de mil maneras… te amo… con el alma, con el corazón… te amo sobre todo cuando descubres lo que esconde mi mirada y puedes ver más allá de lo que todo el mundo ve… cuando escuchas mis palabras y te das cuenta de lo que hay detrás de ellas…
