martes, 27 de marzo de 2012

El respeto y la tolerancia entre países, grupos sociales, etnias y razas en el mundo




















Cada sociedad o grupo de personas que comparten un mismo país, raza, mismas costumbres o misma religión sienten una especie de simpatía, identificación y/o espíritu nacionalista lo cual, por una parte, es bueno, ya que de esta manera se pueden conservar las costumbres y tradiciones que identifican a un pueblo y se pueden aportar más ideas, pensamientos, bellezas al mundo y al resto de las sociedades que en él habitan. Sin embargo, aunque lo anterior pueda parecer muy positivo y aunque debería serlo, no siempre lo es.

El mundo, en las últimas etapas de la historia, ha estado expuesto a un intercambio de ideas, pensamientos, tratados, tecnología, etc. Lo que algunas personas llamarían globalización ha traído a las diferentes sociedades no sólo cosas positivas y para ayudarnos unos a otros, como debería serlo, si no también para perjudicarnos unos a otros.

Antes de la segunda guerra mundial, los pueblos luchaban por territorio, independencia, recursos naturales y por aquello que les faltaba como sociedad. A diferencia de las guerras anteriores, la segunda guerra mundial y muchas de las guerras posteriores como la de Ruanda, Guatemala, Yugoslavia, no se manifestaron basadas en una idea de expansión, si no en una idea de eliminación de aquello que no consideraban bueno. Pero, ¿qué es bueno? Bueno, para quienes iniciaron estas guerras, era aquello en lo que ellos creían y lo que ellos eran como sociedad y raza, pero, ¿qué pasa con los demás?, ¿los judíos, tutsis, indígenas?, ¿qué no era buenas sus creencias, religión, prácticas y costumbres?.

Las últimas guerras, además de involucrar armamento, al ejército y a otros recursos del tipo, involucran las ideas de toda una sociedad, ideas utilizadas para eliminar a otra sociedad del mapa lo cual lleva a ser más que una guerra, se convierte en un genocidio, genocidio porque es mucho más que un asesinato, es el asesinato de una sociedad en su totalidad, miles o incluso millones de personas murieron tras la falta de tolerancia por otras creencias, razas, religiones, costumbres, por el simple hecho de no ser igual que su atacante.

La tolerancia entre sociedades habla de “aceptar las diferencias entre los seres humanos y los grupos sociales, y valorar la riqueza de la diversidad” (Alfonso Ruiz Soto). La tolerancia es entender que existen más cosas allá de lo que tú conoces y crees como sociedad y como persona, y aprender si no a entender, a aceptar otros conocimientos, razas y grupos sociales tal cual son.

Desgraciadamente, para que la tolerancia y el respeto hacia otros grupos sociales puedan darse en el mundo, hay sociedades que han tenido que sufrir de una manera inimaginable. Tan lejos estamos de imaginarlo que ni siquiera las imágenes de los genocidios reflejadas en libros, museos, fotografías y grabaciones, pueden demostrar el dolor y el sufrimiento que se vive al ser degradado de ser humano a objeto, de ser tratado como si no tuvieras ningún valor como persona, ningún tipo de derecho, ser tratado peor que animal.

Tras los genocidios antes mencionados, podríamos pensar que se sensibilizarían los corazones de cada persona en el mundo y se abrirían los ojos al respeto y la tolerancia por otros grupos sociales, sin embargo, sigue existiendo el prejuicio por prácticas que no creemos correctas, el racismo hacia personas que no son iguales a nosotros, la degradación de grupos sociales por el simple hecho de ser diferentes. Es por eso que tras un genocidio tan grande como el de los judíos en la segunda guerra mundial, se dieron genocidios como los de Ruanda, Guatemala y Yugoslavia. El mundo no ha aprendido a respetar y a tolerar.

“La tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la diversidad, la sustentan el conocimiento, la actitud de apertura, la comunicación y la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión” (UNESCO). No es suficiente que seamos tolerantes de manera individual, es necesario que las organizaciones internacionales y los gobiernos de los países intervengan para el fomento de una cultura de tolerancia entre las naciones, razas y grupos sociales, dando a conocer los aspectos positivos de cada sociedad como un aspecto que en vez de atacado, podría ser aprendido, y si no aprendido, aceptado. Esto no significa dejar a un lado las convicciones personales, si no aceptar la diversidad de creencias que nos rodean.

La única forma de llegar a la paz es la tolerancia, es la única manera que tenemos de alcanzar una buena convivencia entre grupos sociales, así como los ideales de libertad. “La tolerancia es la virtud que hace posible la paz, contribuye a sustituir la cultura de guerra por la cultura de paz”.

Practicar la tolerancia no significa soportar las injusticias, es importante reconocer que “hay un límite donde la tolerancia deja de ser virtud” (Edmund Burke), reconocer que el derecho se termina dónde se le empieza a faltar al respeto a una persona o sociedad, no importando que las creencias de un grupo social permitan la práctica de injusticias ya que existen derechos que tenemos por el hecho de ser seres humanos.

El museo “Memoria y Tolerancia” nos abre los ojos ante el sufrimiento que han vivido diferentes grupos sociales en el mundo, no con la finalidad de alterarnos, si no para entender por qué debemos de luchar contra la injusticia, luchar por el respeto de los derechos humanos en nuestra sociedad. Es una advertencia que nos obliga a actuar y nos hace recordar que tan lejos somos capaces de llegar, tanto para bien, como para mal.

1 comentario:

Wisky dijo...

Mon justo estaba en mi twitter y vi que no te estaba siguiendo, y al seguirte vi que tenías un blog...no sabía que escribias. Me habéis dejao sin palabras tía! Jeje. Que bonito pensamiento el de aquí arriba y que manera tan inteligente y linda de proyectar tus ideas...Síguelo haciendo porque se te da muy bien te mando un besote. IH