lunes, 16 de marzo de 2009

Está escrito

La película Quisiera ser millonario dirigida por Danny Boyle habla sobre todo de amor y destino relacionando estos conceptos con la pobreza, el valor de la vida y los bienes materiales.
Destino es una palabra muy usada por la mayoría de nosotros, a veces para escapar de lo que somos en realidad por un momento, otras para hacernos creer en lo que en otro tiempo sería increíble, para seguir adelante con nuestros sueños, para alcanzar metas, luchar por lo que queremos con la idea de que finalmente estará ahí. Creer que todo lo que hemos vivido y nos espera está escrito nos da pie para realizar cosas que tal vez nunca creímos posibles, nos hace tomar riesgos que pensando las posibles consecuencias no tomaríamos teniendo en mente que finalmente tendremos un buen fin.
El destino es sólo una idea que puede ayudarnos a crear nuestra vida como queremos, lograr cosas como conseguir dinero, conocer el amor, ver más allá de lo que tenemos, querer volar hasta tocar las estrellas… pero la vida siempre nos va a cobrar lo que dañamos al creer que somos capaces de todo, cobra los daños a la integridad propia y de los demás por eso debemos tener cuidado al encontrarnos en lo que pensamos la cima del mundo, pues lo más seguro es que pase tiempo y nos veamos en una situación diferente, con la vida que creímos tener en nuestras manos perdida en todos los sentidos.
Hay quien piensa que el amor mueve al mundo, es cierto… así como Jamal hace todo por Latika y cambia muchas cosas sólo por salvarla o por encontrarla. El amor nos hace comportarnos de una manera inexplicable y mal vista por los demás algunas veces, no por ser mala, si no por ser incomprensible para quien lo ve de manera externa, así como Salim piensa diferente a Jamal sobre Latika y el amor que le tiene, tanto que lo tomó como algo incoherente, inexistente y tan poco importante como para alejar a su hermano de lo que más amaba de una manera bastante cruel.
Gracias al amor que le tenía y a vivos recuerdos de su niñez donde se mostraban momentos duros o de felicidad, amor por su madre, por pequeñas cosas infantiles pero significativas, ganó el concurso que le cambió la vida. Así también, hay quien piensa que puede vivir sin amor, pero se equivocan pues aunque se trate del amor propio o a un objeto como el dinero es este hermoso sentimiento lo que nos hace ser quiénes somos y querer llegar a un lugar determinado. Aún así es este tipo de cariño por la vida no es tan valiosa como lo que puede ser el amor hacia una persona y hacia aquello que no podemos ver ni tocar, amor a un Dios, al espíritu propio, a la esperanza de que hay algo más allá por lo que podemos seguir luchando, algo más que encontrar. Fue de esta forma como Jamal logró encontrarse con Latika después de perderla.
Muchas veces no confiamos en lo que podemos llegar a lograr por el panorama de las circunstancias en las que vivimos y hay experiencias que sólo pueden vivirse dentro de un ambiente pobre como en la película y que pueden llenarnos muchísimo más de lo que un lugar con comodidades puede hacerlo, estamos tan acostumbrados a tener todo a la mano que no nos damos cuenta del valor de las cosas, no sabemos valorar a nuestra familia, a nuestros amigos, a la persona que se supone que amamos, vivimos encima de una colina desde donde vemos todo, como si tuviéramos la libertad de elegir lo que queremos tan fácilmente como elegir ropa en un centro comercial y para hacerlo vemos todo lo que puede llegar a abarcar nuestra decisión sin detenernos a escuchar dentro de nosotros, lo que nuestro corazón desea, no sabemos cuáles son las cosas capaces de generar una sonrisa sincera y lo suficientemente hermosa como para llenarnos plenamente y de por vida, no sólo por un momento del que luego nos aburriremos.
Un ejemplo de ello es el amor que Jamal le tiene a Latika, un amor absoluto que le hizo no fijarse en nadie más que en ella en toda su vida, ella fue la primera y la última a lo que amó, lo fue por ser la primera mujer con la que compartió parte de su comida, su abrigo, su cariño, sus experiencias, sus sueños, su vida en general. Fue su primer amor. En un mundo como el nuestro no es tan sencillo distinguir el amor verdadero pues lo confundimos con demasiadas cosas, ya que vivimos rodeados de inventos del hombre extraños a su esencia que distorsionan lo que el amor es en realidad y nos crean una idea falsa de éste que conviene a aquellos que dirigen la sociedad en que vivimos.
Fue por este tipo de sentimientos de abstracta felicidad por lo que Jamal cambió su vida, recuerdos que inexplicablemente llegan a nuestra mente y que nos hacen recapacitar sobre lo que significan realmente. Sin importar de qué se tratasen, estas experiencias llevaron todas al personaje principal a conseguir, más que dinero, a la mujer de su vida, pues dentro de las páginas de su ésta estaba plasmado el nombre “Latika” una y otra vez, desde el principio, hasta el final.

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